Dinos cosas halagadoras, que nos gusten y nos agraden al oído"

"Dinos cosas halagadoras, que nos gusten y nos agraden al oído" ¿Se ha dado cuenta usted como las iglesias que predican prosperidad material, visualización, materialismo, nueva era, riquezas terrenales, libertinaje y cosas semejantes tienden a llenarse y aquellas iglesias que permanecen en la senda antigua tienden a mantener grupos pequeños? Pareciera ser que la gente tiende a abarrotar los templos cuando se trata de buscar mundos ideales e ideas de utopías terrenales. Sin embargo, son muy pocos los que desean ir en pos de lo santo y verdadero. La senda antigua les parece anticuada, pasada de moda, y no divertida. Como si se tratara de autocomplacencia el motivo del culto a Dios. Sin embargo, el llamado de Dios sigue siendo el mismo. Así dijo el Señor: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. -Jeremías 6:16 Y la respuesta del hombre sigue siendo la misma: "no andaremos". Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley del Señor; que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagueñas, profetizad mentiras. dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel. Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente. Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo. Porque así dijo el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores. Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina.-Isaías 30:9-17 El pasaje de Isaías muestra que ya Dios está cansado. El pondrá las cosas en su lugar en breve. Donde no hay arrepentimiento morará el juicio. Ya el tiempo de la espera ha pasado, pronto Dios traerá toda obra a juicio. Muchas veces, cuando tratamos de comunicar el mensaje dado por Cristo para la humanidad nos encontraremos con toda clase de opositores.
Cuando un ministerio pretende ser más santo que Cristo, es decir, agradar a todo el mundo por medio de palabras adornadas, es el momento cuando deben reconocer su desviación. Cristo predicaba y sus opositores buscaban causa contra él (Marcos 14:1). Esto significa que Cristo no vino a la tierra a traer mensajes motivadores, halagadores, o abonar a los deseos de la gente, sino que vino a proclamar la salvación por medio del arrepentimiento genuino. A veces cuando nos hacemos eco de la palabra de Jesús esto puede resultar en que la gente se sientan aludidos y busquen la manera de querer hacernos mal (Marcos 12:12). Increíblemente, eran los religiosos los primeros que tenían esas intenciones. Los religiosos del tiempo de Cristo y de ahora tiene su milicia terrenal. Ellos habían creado una falsa religiosidad y una guardia para amedrentar. Hoy día sucede lo mismo. La falsa religiosidad tiende a chocar con la verdad de Cristo. Frente a este cuadro, ¿a quién queremos agradar? ¿A la corriente del mundo? Los intereses materialistas, carnales, adornados y vanos o hacer la voluntad de Dios. No he visto ejemplo en la Biblia de profetas y siervos de Dios débiles o dejándose arrastrar por las opiniones de la gente de eminencia. Sino pregonando el mensaje dado por Cristo. Que cada palabra que hablemos se rinda a los intereses de la verdad de Cristo y no a los intereses del que quiere oir solo cosas egoístas que no transforman vidas para salvación. Mat 15:8-9 Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Mar 7:8-9 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres, Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 2Ts 2:11-12 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
1Ts 2:5-6 Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; ni buscamos gloria de los hombres Gál 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Jesús se enfrentó a ellos cara a cara. Los miró directamente a sus ojos y les dijo la verdad. Hoy día, existe diversidad de "ministerios" que en vez de pregonar la verdad, buscan suavizar el contenido de sus palabras. Buscan endulzar sus mensajes para que todo el mundo les brinde aplausos y reconocimientos. Jesucristo no era de esos. Cuando Jesús hablaba la verdad del Padre algunos se herían (Mateo 15:11-13). Sin embargo, Jesús no era un endeble hombre buscando halagar con palabras positivas. El no vino a acariciar oídos, vino a llamar arrepentimiento, a buscar frutos de verdad para Dios.

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